Gracias al crecimiento en infraestructuras que ha realizado nuestra ciudad, el día de hoy poseemos un acceso muy expedito a los servicios que complementan y hacen más simple nuestra vida. Muchos podemos decir que si no hay un centro comercial cerca nuestro, al menos hay un conjunto de negocios de diferente tipo que se dispersan en nuestro radio cercano con el fin de disimular la falta de los primeros. Y así mismo se van reproduciendo las grandes tiendas por aquí y por allá, con monumentales formas arquitectónicas y palmeras y fuentes de agua que buscan reproducir la imágen de un oasis en medio del desierto, una visión "salvadora" expresada en las tiendas que ofrecen todo lo que supuestamente necesitamos y mucho más, que tras pocos segundos nos convencemos que no podemos vivir sin ello.
Y así va creciendo la ciudad, el cemento va devorando cualquier plano que posea algo de pasto y que esté en venta; así se va iluminando por todos lados, llena de faroles y postes y luces de vehículos, y bocinas y gritos, y roces y peleas...
Y el smog va cayendo como niebla entre los edificios, que estan llenos de gente estresada, que a regañadientes sobrevive un día completo con una sonrisa en la cara y sólo porque sabe que se le va a pagar a fin de mes, y montones de personas como rebaños bajando escaleras y subiendo a vagones, irritada por que están tan apretadas que no pueden respirar.
Y bajo el puente Pio-Nono un muchacho se droga para pasar el hambre.
Y en Santa Cruz un niño de 9 años escucha, mientras juega con su pelota, que el país está mejor gracias a la globalización.
Erwin.-
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3 comentarios:
Lineas rectas hay por todas partes, y es que en el fondo son prácticas.
Ahorran tiempo, son más faciles de
hacer, son más universales.
Y sucede que poco a poco las lineas rectas comienzan a dejar todo establecido y a hacer reglas para todo.
Y sucede que poco a poco te haces un esclavo de las lineas rectas. Sucede que no te das ni cuenta y las necesitas a tal punto que no encuentras opciones a la hora que desaparezcan.
Y sucede que poco a poco la rectitud de las lineas terminan por enderezar las lineas de las vidas de cada uno de nosotros, pero las enderezan, no para nuestro bien, sino para un supuesto bien social.
Imagínate que ahora para cambiar de línea del metro hay que seguir la línea recta que te dibujan en el suelo, caminar por la derecha y tener cuidado, sobre todo, con la línea recta y amarilla del borde del andén.
El comentario anterior es mío.
Felipe Zerené.
Sin duda, la línea recta de la que hablas no es otra más que la de la monótona y carente de sentido existencia que nos ofrece la globalización, que antepone en su idea capitalista de la vida el dinero ante las cosas esenciales o naturales, y así nos va llenando de sus edificios, de sus estructuras, de su dominación. Triste futuro que espera a nuestros hijos, tal vez ellos jamás conozcan lo que es un árbol o llegarán al punto de hacer el amor vía internet, quien sabe, como vamos no me extrañaría. Saludos.
Iván F. V.
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