26 abr 2007

Pluma loca


A veces nos levantamos con ganas de cambiar el mundo ¿o no?, y tratamos de pensar en soluciones, ideas nuevas, transgresiones que nos harán a todos mejores seres humanos, más cultos y con un criterio más amplio. En teoría los que estudiamos literatura creemos en el fondo que descubriremos algo nuevo, culturizaremos al mundo o propondremos las nuevas tipologías textuales.

Y lo intentamos, pero cuando por fin empezamos a idear o a escribir nos topamos con la voz de nuestros padres en la cabeza, con el profesor que dijo eso en la clase, con el buen libro que leímos el otro día, o simplemente lo que dijo el periodista en las noticias de ayer. A esta altura del partido pareciera que ya todo lo que quisiéramos decir está personificado en la voz de alguien más.

Si intentáramos buscar todas aquellas cosas que nos parecen sacadas de otro lugar tal vez no acabaríamos nunca. No podemos creer que la intertextualidad es algo que nos rodea a nosotros como literatos solamente, es bastante más complejo que eso, para Bajtín un “dialogismo” entre el ayer y el hoy podríamos decir, un presente que envuelve a ideas anteriores, se apropia de ellas, las usa y reutiliza una y otra vez cambiando su nombre, su contexto y las hace involucrarse en temas distintos, aunque siga siendo lo mismo que hace dos siglos. Para el resto del mundo nos basta con nombrarla como globalidad para darnos cuenta de que está presente en cada cosa que nos rodea.

Desde el Ulises de Homero y el de Joyce, las figuras de Don Quijote y Sancho Panza encarnando a Don Carnal Doña Cuaresma, Bonsái de Zambra y Madame Bovary de Flaubert, el Cristo crucificado de Salvador Dalí y las representaciones clásicas de su crucifixión, el Romanticismo y su vuelta a lo clásico, Isabel Allende y García Márquez, la misoginia del siglo XIV y “Casado con hijos“, los MC Donald’s, el Brit-pop chilensis, el “jurel tipo salmón” y los seudo intelectuales que parafrasean a Fernando Paulsen por haber visto “tolerancia Cero” el fin de semana.

Si empezáramos REALMENTE a buscar cual es la fuente principal de lo que vemos y decimos cada día tal vez ni siquiera nuestra vida completa alcanzaría para contarlo. Sin embargo, peor sería tratar de callar hasta encontrar nuestro propio modo de pensar sin tomar a nadie más, pues entonces todas nuestras voces serias acalladas.

13 comentarios:

PJ dijo...

Pero sí ya no hay original, no hay nada "nuevo" que decir....desde los hermeneuticos que sabemos que toda interpretación ya ha sido interpretada por otro.......lo cual no quiere decir que como ustedes bien dicen, que nos quedemos callados....si finalmente de eso se trata el lenguaje, de retroalimentarse una y otra vez consigo mismo, ser recursivo......

LaCostaBrava dijo...

Una pequeña acotación:
querrás decir del romanticismo y su vuelta la edad media por clásico no?
puesto que si me pongo a pensar en arte clásico me vienen a la cabeza todas aquellas categorías de la medida de las cosas y la belleza, la geometría, estudios anatómicos, etc que es precisamente contra lo que se levanta el romanticismo.

Kelsey A. dijo...

Estoy de acuerdo de que todos nuestros opiniones son combinaciones de todos esos voces que Ustedes han notado. Pero puede ser que nuestro combinación de los voces y experiencias es original en una manera? Si, usamos palabras ajenas en cada evaluación de cada texto pero quizás hay originalidad en este proceso también.

Rubí dijo...

La idea no es copiar, sino robar, decia Picaso. Es decir, dicho de una manera menos transgresora, apropiarse de las palabras ajenas y hacerlas propias. Bien interesate la entrada y los comentarios. R

Fran dijo...

y es que acaso también se necesita hacer de los pensamientos algo privado con marca registrada -neoliberal style- para que sea penalizado su uso por otros?

yo creo que, más que lo que se diga, se tome, se robe de otros, lo más interesante es el momento en que todas esas voces nos hacen "click", y nos hacen sentido -tanto como sentir y como dirección.
una vez que las sentimos y somos capaces de darle un rumbo, podrá generarse esa retroalimentación tan necesaria.

saludos.

Rubí dijo...

si la idea es mala, es de otro, si es buena, es de todo.... Roa Bastos interpretaba la intertextualidad como una respuesta a la propiedad privada, a la autoridad del autor.Borges fue otro grande en productivizar el concepto... Estos son algunos datos para la discusion. R

Sin-k-pital dijo...

Esto de la originalidad es un tema de nunca acabar. La idea de que no pueda existir nada nuevo nos ataca desde hace tiempo, ya lo plantaban con el famoso "fin de la historia", o el siempre profético Borges quien ya se cuestionaba en sus relatos toda esta problemática en la figura de los arquetipos y el tiempo cíclico. Tal vez ya todo ha sido dicho -no quiero creer en eso- pero siempre es necesario volver a decirlo. El lenguaje, pienso, lo va construyendo las circunstancias, lo va creando la vida, todavia hay nuevas cosas por crear con la palabra ¿O no bloguers???

Saludos.

http://hommofracturas.blogspot.com

Roxana Casas dijo...

yo también creo que hay nuevas cosas que decir, y creo también que la intertextualidad propuesta por Bajtin apunta un poco a eso: DESDE los discursos de otros (de los que uno no puede abstraerse por el sólo hecho de pertenecer a una cultura) crear cosas nuevas. Bajtin toma, entre otros muchos, los textos de Dostoievsky para hacer un aporte desde ahí, Voloshinov (que no se sabe si es Bajtin también) toma los discursos de los objetivistas abstractos y los subjetivistas individualistas para proponer una nueva y "transgresora" corriente dentro de la filosofía del lenguaje...Creo que no hay que perder de vista que todo esto de la intertextualidad tiene también un fin constructivo,una búsqueda conjunta de la verdad, hay una especie de espiral: "La verdad no ace ni se enuentra en la cabeza de un solo hombre, sino que se origina ENTRE los hombres que la buscan conjuntamente, en el proceso de la comunicación dialógica" Creo que queda muy claro con esa frase de Bajtin.

Roxana Casas dijo...

...no anular o destruir (es imposible) los supuestos en que uno se basa sino que utilizarlos y repensarlos para derrumbarlos y proponer algo diferente, como dice Marchant que dice Derrida...

LaCajaDePandora dijo...

Creo que es un tema bien interesante el que dices y que creo que debería ser mejor analizado: yo también pienso que, a veces, "no hay nada nuevo bajo el sol" y todo lo que se dice ya se ha dicho antes. A mi me ha pasado que, pocas veces, digo algo que creo que nadie ha dicho antes... pero luego me entero de que otra persona, hace muchos años, en otra parte del mundo, dijo más o menos lo mismo, aunque en otros (y varias veces mejores) términos.

Pero como bien tu dices, callar no es la respuesta: lo mejor sería mezclar, experimentar, "jugar" con los términos hasta crear algo que, aún con fuentes no originales, sea (o al menos parezca) algo original.
Como dice la profe, "apropiarse de las palabras ajenas y hacerlas propias" (aunque yo añadiría, hacerlas propias de una forma distinta).

Creo que esta es la única forma de hacer o decir algo que no se haya hecho antes.

En.Somnia dijo...

Dificilmente creo encontraremos una respuesta a si podemos decir algo nuevo, por algo es mi interrogante y no mi afirmación. Sin embargo sigo afirmando que la idea no es callar, sino, como dijo Francisca, buscar lo que nos mueve, pulirlo y tratar de entregar lo mejor de nuestras ideas al mundo. ¿Quién sabe si algún día alguien descubre en nosotros nuevas ideas que plantear?...
k_ta

Rubí dijo...

La esperanza, eso es , precisamente, lo que me gusta de este blog. Disculpen que no los vi y no les envie lo que ustedes saben. Mañana en la tarde lo hago sin falta. R

Ángeles dijo...

"Ya no me queda nada por decir
Todo lo que tenía que decir
Ha sido dicho no sé cuántas veces"
Nicanor Parra en "Tres poesías" comienza con estos versos. ¿A qué voy?.
El lenguaje es inherentemente dialógico (tomando las propias palabras del grandísimo Bajtín) y uno jamás deja de optar. La función del lenguaje no es revelar realidades sorprendentes ni dar cuenta de verdades insospechadas, ni menos ser original (seamos relistas, por favor). Al hablar elegimos constantemente y eso basta. Y eso sobra. Y al no hablar también estamos optando por algo desde un punto de vista ideológico. Puedo sonar un tanto estructuralista (y quizás lo sea) pero coincido con Parra en el sentido que ya todo está dicho una y otra vez, pero la gracia está en cómo utilizamos aquél "mosaico de citas" del cual hablaba la Kristeva. Las piezas del ajedrez están dadas, no existen escuderos ni dragones que hagan movimientos nuevos. Lo maravilloso del lenguaje está en arreglárselas con las piezas y jugadas que uno pueda hacer, por lo que el jaque mate no pasa por "lo nuevo" exactamente. Si bien (siguiendo a Barthes) creo que el autor ha muerto, el lector es el llamado para resignificar los textos y hacerlos irrepetibles. Y créanme, eso es suficiente.